Huy que les contare, no tengo nada hasta la fecha relacionado conmigo o algún tema en lo particular que me aqueje. Comencé a leer el Libro de Dan Drown-El Símbolo Perdido, me gusto tanto que me metí a sitio de Editorial Planeta y me hice experto en simbología (según ellos y Robert Langdon) y el DiscoveryChanel donde según ellos dirían los mitos relacionados con el libro, de los masones y de la inclinación del autor a esta sociedad discreta, lo vi y sinceramente no me gusto; ya voy en el capítulo 30, en mis expectativas y por falta de tiempo no lo he terminado o por cualquier otra cosa (El trabajo). Pero este tema lo dejare para más adelante.
Odisea para despedir el Año 2009 (3 años para el fin de mundo), todo comenzó el día jueves 31, cuando me dispuse a tomar una ducha después de salir del trabajo, con el cuerpo cansado y todo adolorido no tenía ganas de nada, pero ya había hecho un compromiso con mi Madrina y la familia por parte de mi Madre, que consistió en pasar el fin de año con ellos. Llegue a eso de las 5 pm, salude a mi primo que ya se encontraba festejando, salude a mi madrina y toda la comitiva que representada a cada rama de mi familia. Todo bien hasta eso de las 6pm, entonces mi primo Manuel me dice: - ¿Cuantas?, Haciendo referencia a sesión de terapia liquida que nos disponíamos a recibir. Le dije solo una para empezar, entonces llega su esposa y nos pregunta que estamos haciendo. –Estamos viendo con cuanto capital disponemos para ir por cerveza. A lo que la esposa de Manuel responde: - Bueno ya que van para haya, ¿Por qué no se traen un cartón de medias?, puedes ir con Ramón para que te preste los embaces. Todo siguió bien fuimos al expendio y compramos un Doce para nosotros y el cartón que nos había encargado la prima. Llegamos y destapamos los primeros recipientes de parecía que las bebidas tenían un sabor especial, ese amargo de la cerveza me sentó tan bien que bebí a fondo, me parecía que el cansancio por la media jornada del día sanaba con cada trago. Tome un cigarro y me dispuse encenderlo, le di una fumado y todo pasaba bien, ya llevábamos varios botes y la risa ya era espontanea. El beber tan rápido y sin tener algo de comida en el estomago garantiza un leve atarantada y así fue, ya para las 7 no teníamos nada de cerveza y entonces me llama mi sobrino. – ¡Tío Juan, tío Juan del Diablo! (Lo que hacen las telenovelas), entonces acudo ha llamado resulta que mi madrina había hecho para cenar cochinita pibil en tacos y bueno como no me hice del rogar y me senté a la meza a disfrutar de los sabores fuertes y ácidos del aperitivo. Complacido y saciados los instintos digestivos (no tenía hambre, cometí un pecado), me senté a la expectativa de que mas habrá, siempre hay más pero en esta ocasión eso no paso, fui a la hielera y tome la medio de cerveza y me gusto aun mas. Fui de nuevo con mi primo, el ya no se encontraba solo, había llegado otro primo: El Flaco y este ya se encontraba en la línea de la borrachera y la intoxicación. Dijo: -Ahorita me repongo, sacando de la bolsa de su abrigo una envoltura blanca y lo inhalo fuertemente, parecía que era lo último que le quedaba. –Ya estoy mejor, se sentó y subió el sonido de su estéreo, parecía que en pueblo había una competencia para saber quien tenía el sonido más fuerte, sonaba la música de banda, sonaba el famoso corrido de año nuevo, los corridos que cuentan las aventuras de los narcos y sus matanzas pos plazas. Todo es normal a las 8pm, los ánimos empiezan a calentarse, todos los presentes con los efectos del alcohol y la música tan alta, empiezan a bailar y hablar fuerte. Ya no parece fiesta familiar otros vecinos llegan.